Una audiencia receptiva. La ventaja más obvia de la publicidad interior es la audiencia receptiva. En el mercado actual, es muy difícil llamar la atención de los consumidores, por eso es importante transmitir tu mensaje cuando las personas están dispuestas a recibirlo de forma no forzada.
Alcance «inevitable». Una valla publicitaria exterior no puede ser obviada de forma sencilla por el consumidor. Es decir, las personas están expuestas a la misma cada vez que pasen por delante de su ubicación.
Orientación precisa al consumidor. A pesar de que los consumidores ven más de 5.000 anuncios al día, generalmente recuerdan solo entre el 1 y el 3%. La publicidad interior es muy atractiva porque no se mezcla con todos los demás mensajes.
Muchas opciones de diseño, una pantalla exterior puede tener diversos tamaños, da cabida al anuncio de todo tipo de productos, permite utilizar una gran variedad de colores, etc.
Una buena estrategia de marca. Si puedes poner tu mensaje frente a una persona sin distracciones, es más probable que muestre interés. Si tienes una farmacia y anuncias tus propios productos dentro de la misma, estás llegando al consumidor en el momento exacto en el que más predispuesto está a comprar.
Impresiones en masa, una pantalla que permanece en el mismo lugar por un período más o menos largo de tiempo, provoca que una misma persona la vea varias veces. Aunque sea por repetición, lo habitual es que el mensaje de esa pantalla acabe llegando.